Patagonia: Huemul y cóndor en peligro
Un proyecto de extracción de carbón, de propiedad del grupo Angelini, amenaza el hábitat de huemules y cóndores en la Región de Magallanes.
La isla Riesco, a
enos
La “Mina Invierno” está enclavada dentro del predio de
Conama magallánica.
La iniciativa ha sido severamente cuestionada con argumentos desde variados frentes como el climatológico, hídrico, social y turístico, entre otros, ya que el carbón ha causado más daños generalizados para nuestra salud y el medio ambiente que cualquier otra fuente de energía. Los magallánicos alegan que se trata de un proyecto débil que sólo busca enriquecer a sus dueños
y que pondrá en peligro, por la contaminación que generará, a especies como la orca, la ballena jorobada y cuatro especies de delfines: El austral, el chileno, nariz de botella y la tunina overa. Además de aves como
el albatros de ceja negra, petrel gigante, gaviotín sudamericano y el pingüino de Magallanes.
EL HUEMUL ES UN MISTERIO
El huemul fue bautizado así por los mapuche y es una especie autóctona de Argentina y Chile. Su imagen fue incorporada en 1883 al escudo nacional, y en 1993 fue declarado en peligro de extinción. En el ámbito científico, las investigaciones del Centro de Estudios del Cuaternario de Fuego-Patagonia y Antártica (Cequa), establecen que la isla Riesco es “una de las pocas islas en que habita”. Se estima que hay unos 1.500 en Chile.
Los ambientalistas
sostienen que la línea de base del proyecto, aparte de ser pobre, no considera al huemul porque los muestreos no detectaron la presencia del animal. Aunque la empresa sabe que existe en la isla, hizo caso omiso de los avistamientos de los lugareños.
Además, los expertos aseguran que la selección de la muestra se realizó en zonas de fácil acceso, y lugares poco intervenidos no se consideraron.
El biólogo especialista en vida silvestre magallánica, Alejandro Kusch, señala que hay que realizar un trabajo exhaustivo para detectarlo. “Es muy fácil no verlo. Para buscarlo hay que dedicarle muchas horas de terreno. Lo más probable es que haya huemules en las partes altas con bosque. Pero para la empresa esas zonas representan territorios con impacto indirecto del proyecto, por lo que no hicieron el esfuerzo necesario”.
Por su parte, el ingeniero forestal Luis Otero, integrante del Centro de Estudios Ambientales (Ceam) de la Universidad Austral, aclara que la empresa estipula en el EIA que no hay hu
emul en la zona. “Pero resulta que los ganaderos lo han visto varias veces. Incluso se mete dentro de los piños del ganado. Otros lo han cazado y tenían la cornamenta, por lo que hay evidencia. Además, hay mapas especializados que consideran a isla Riesco como área de huemules”.
Kusch expresa que la compañía de Angelini optimizó los recursos tanto en dinero como en horas hombre y que faltó arrojo en la investigación. “Sé que en invierno (de 2010) ellos ubicaron cámaras fotográficas con sensor de movimiento para captar especies y no registraron huemul. Pero eso no significa que no haya”.
El biólogo explica que el huemul peligra, porque no existirá un corredor biológico, por efecto del trabajo en la minera, que genere continuidad en el tránsito del cérvido. “Hay que generar un estudio específico con mucha gente que busque rastros, huellas. Mientras eso no suceda no se va a saber para dónde se mueve”, agrega.
GRAN COLONIA DE CÓNDORES
Respecto del cóndor no hay investigaciones que determinen el número, aunque su situación en Magallanes es tan inquietante como la del huemul. El biólogo y especialista en vida silvestre, Jürgen Rottman, señala que la población del ave heráldica “es más reducida que la del huemul. No sólo habitan pequeñas superficies inalcanzables para la mayoría de nosotros, sino recorren cada día distancias más largas” para comer. Resulta que en el cerro Palomares, situado a
Kusch estudió por cuatro años las poblaciones de cóndores en el cerro Palomares. Revela que en
El experto añade que se le solicitó a la empresa valorizar ese impacto y que aplicara un sistema de monitoreo por el tráfico de camiones: “La respuesta fue ambigua, porque decían que un animal que se puede mover muchos kilómetros para consumir alimento no será afectado. El tema no es la distancia que vuela para alimentarse, sino que los lugares que usa para descansar son escasos”.
La minera propone un estudio de seguimiento del huemul, añade Kusch, pero no está detallado cómo se hará. “Los que nos preocupamos por la vida silvestre queremos ahora que nos entreguen la pauta específica de trabajo. No después de que el proyecto esté andando”.
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